Ya desde que cogimos el autobús en Algeciras para desplazarnos a
Ubrique estábamos un poco temerosos de que la ruta iba a ser pasada por
agua porque salimos lloviendo.Pero nada mas lejos de la realidad, no nos
mojamos y pasamos un día estupendo con la ruta que nos prepararon los
hemanos Salas, que como es costumbre y va siendo habitual fue dura pero
muy bonita.Desde aquí darles nuestro agradecimiento por el empeño y
trabajo que ponen en preparar y ofrecernos sus rutas.
Salimos
de Ubrique y enseguida entramos en calor subiendo la cuesta que nos
llevaría a coger la cañada del Horcajo,tras un breve descanso para
desayunar nos dirigimos hacia el castillo de Aználmara, pasando por una
finca donde su casa de 1889 hizo testigo de nuestros pasos.Observamos su
pozo y bebederos antiguos labrado en piedra.
Ya desde esta zona
empezamos a observar los restos del castilllo en lo alto de una loma,
all llegar subimos a contemplar y a explorar sus rincones y a
imaginarnos como sería la vida en él.Desde aquí observamos las vistas
tan maravillosas que nos ofrece el lugar,Benaocaz,el Salto del
Cabrero,la Silla,Tavizna y parte de la Sierra del Pinar difuminada por
la niebla.
Empezamos a bajar y a marchar hacía el río Tavizna, que con
estas lluvias venia crecido y expectacular, ofreciendonos ese torrente
de agua y de paz al transcurrir por un sendero precioso pegado a él.
Tras
pasar por fincas de olivos, dehesas y senderos con sus muros llenos de
líquenes y musgos que nos recordaba a los asturianos del camino de
Santiago llegó la hora del bocadillo y de saborear los exquisitos
bombones que nos ofrece Rafael,que se agradecen pero que nos tiene mal
acostumbrados.
A partir de aquí por cañadas antiguas llegamos a
las salinas romanas de Iptuci, las contemplamos y tras un breve paseo
llegamos a Prado del Rey, donde somos merecedores de las tan apreciadas
cervezas y del pequeño descanso antes de emprender el viaje a nuestro
destino.